Comentario
La India tradicional es un mundo rural, caracterizado por la existencia de numerosas comunidades que viven por sí mismas, gobernadas por un jefe o por un consejo de ancianos. Los artesanos adscritos a la comunidad recibían, en compensación de sus servicios, una parte de la cosecha. En algunas aldeas existían también esclavos al servicio de los campesinos acomodados. La comunidad era colectivamente responsable de los impuestos y de las prestaciones que reclamaba el Estado o el señor más próximo. El impuesto servía como nexo de unión entre la ciudad y los pueblos que no carecían del poder adquisitivo necesario para demandar las mercancías que la ciudad fabricaba.
A partir del siglo XVII comenzó a producirse un gran cambio en esta situación, gracias a dos acontecimientos. El primero fue que en su territorio surgió y se consolidó un imperio poderoso y centralizado, el Imperio mogol; el segundo factor fue que se establecieron agencias comerciales europeas en varias ciudades, puertos y centros del interior, y la India se vinculó aún más estrechamente con los mercados europeos. Desde el siglo XVII las actividades de los europeos favorecieron la expansión de la demanda de algunos bienes, entre los cuales se incluían en considerable proporción las artesanías y las manufacturas. En consecuencia, desde esa centuria hubo en la India una notable tendencia hacia el crecimiento de una economía monetaria.